¡Cuidado! El “soporte técnico” es la nueva modalidad de estafa

Ni Tributación, ni los bancos o aseguradoras lo llamarán a su número telefónico para ofrecerle que instale un programa en su computadora o en el teléfono, ni le pedirán información confidencial, como su cédula, el número de su tarjeta o una cuenta bancaria.

Recientemente el Ministerio de Hacienda y varios bancos han alertado sobre llamadas a contribuyentes y clientes para que instalen algún tipo software que sirve para tomar control remoto de una computadora. Uno de ellos es Team Viewer, pero existen otros.

Caer en la trampa le puede salir muy caro, pues los estafadores intentarán acceder a datos que podrían usar para robarle su dinero o provocarle un problema mayor.

Este fenómeno no se da solo en Costa Rica. El año pasado, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, por sus siglas en inglés) recibió alrededor de 143.000 reportes sobre estafas de soporte técnico. 

Según la FTC, la probabilidad de que la gente mayor de 60 años pierda dinero con esta estafa es cinco veces más alta que la de la gente joven, aunque el grupo de personas adultas mayores presentó menos probabilidades de perder dinero con varios otros tipos de estafas.

Cuidado con el telemercadeo

La FTC ha entablado varios casos contra estafadores de soporte técnico, entre ellos uno contra la firma Elite IT

Según se indica en una demanda presentada por la Comisión, Elite compró palabras clave en Google que le permitieron llegar a la gente que estaba buscando maneras de recuperar contraseñas perdidas. 

Las personas tenían que completar un formulario en línea y dar datos de contacto. Luego, de acuerdo con la demanda, lo agentes de telemercadeo de Elite llamaban a esa persona y le pedían que les permitieran acceder a su computadora en línea, supuestamente para verificar los problemas. 

Una vez que habían accedido a la computadora, le mostraban “evidencias” falsas de virus u otras amenazas, que según se decía, había que eliminar de inmediato.

Presuntamente, Elite logró que las personas -muchas de las cuales eran adultos mayores-  pagaran cientos de dólares por reparaciones y programas de mantenimiento innecesarios.